Acabo de leer un artículo sobre el MHOL y el carácter "socialista" que su autor le da. El origen es este video para la marcha del 27 de julio. Si bien el video aludido no explica el vínculo entre neoliberalismo y el activismo LGTBI (aunque la consigna fue tomada en acuerdo para las protestas en Lima), esa no es excusa para que tal autor no haga el esfuerzo por informarse un poquito sobre quiénes habla ni ver su trayectoria.

En el movimiento LGTBI, se ha mostrado un sustento que podríamos pensar de izquierda (sin que esto haga que sus activistas sean de izquierda necesariamente): no se trata de "igualdad" así nada más, sino de revertir estructuras de opresión (modelos obligatorios  de cuerpo “masculino” y “femenino”, heteronormatividad) y discriminación en diferentes ámbitos de la vida (amical, laboral, familiar, etc.), y que tienen como consecuencia no solo la exclusión en tales espacios, sino escenarios de violencia y muerte legitimados. Esto es lo que nos demuestran sus actividades en los últimos años y su propia trayectoria. La derecha no piensa en esos términos; quienes son de derecha y creen en tal igualdad (equidad, me refiero a los liberales), no lo hacen con una explicación así. Eso no quita que haya una derecha enormemente retrógrada que expulsa a la comunidad no-heterosexual del mundo humano apelando a argumentos religiosos y/o fundamentalistas.

¿Y dónde queda el neoliberalismo? Aunque los problemas de la comunidad LGBTI no vengan única y exclusivamente del neoliberalismo (ya existían previos a él) sí vienen reforzados por sus representantes. Quienes están en bloque contra su reconocimiento son neoliberales: optan abiertamente por suprimir derechos en favor del mercado, o convertirlos en bienes mercantiles. Los congresistas, especialmente de esta tendencia, evitan que se establezcan políticas públicas de protección. Sin embargo, no lo hacen precisamente por el mercado, sino por satanización de la homosexualidad.

¿Y lo económico dónde entra? La relación aquí entra por lo laboral. Fuera de un marco de protección de derechos, si un empresario no desea contratar a un homosexual por más calificado que esté, pues está en total libertad; y si un homosexual no encuentra trabajo en una empresa, pues se buscará otra hasta (en algún momento de su vida, si tiene suerte) encontrarlo. No habría discriminación, por tanto, sino decisiones dentro de un sistema de “libertades” para los empleadores en base a sus preferencias individuales.  

¿Y que tiene que ver la izquierda? Pues varios grupos de esta tendencia se han comprado el problema de la comunidad LGBTI. Solo de manera limitada y con claras divisiones, algunos representantes de la derecha lo han hecho (Claro ejemplo es Carlos Bruce). Esto no hace que toda la izquierda ni todos los socialistas estén pensando en incluir a esta comunidad dentro de sus reivindicaciones. Aquí también hay resistencia, pero es mucho menor dado que hay preocupación predominante en garantía de condiciones materiales o no tan recientes (como la tierra o los recursos naturales). Por supuesto, lo anterior tampoco hace ni “socialista” ni "izquierdista" al MHOL; ni los activistas ni a los LBTGI (muchos no se adscriben a alguna tendencia política), aunque el pensar desde la izquierda sí le da un marco de acción , a mi juicio, integral.

Ahora, hay que ver aquí una oportunidad bastante grande. La conexión antineoliberalismo-activismo LGTBI está demostrando solidaridad en las luchas colectivas de sectores que buscan solucionar problemas estructurales. La comunidad engloba tanto a trabajadores, indígenas, estudiantes universitarios, etc. Hay activistas que son, efectivamente, antineoliberales, de izquierda, y están logrando sensibilizar sobre una concepción amplia e histórica del mundo y los poderes que lo dominan. El trabajar de forma articulada para este 27 (incluso desde el tema de la repartija) por medio de  la discusión, coordinación y acción es una gran muestra de que los colectivos estamos conformando una gran fuerza para lograr cambios profundos en nuestro país. Es aquí donde está la conexión. Aunque, para tener una visión más acertada sobre el tema, creo que es mejor dar voz a los protagonistas: nuestros activistas.